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Seguridad - octubre 9, 2020

Prevención del suicidio en El Salvador en el marco post pandemia


POR RICARDO SOSA / DIARIO EL MUNDO

Cada diez de septiembre se conmemora el “Dí­a Mundial para la Prevención del Suicidio” por la Organización Mundial de la salud (OMS) y que cada año nos recuerda y propone una serie de medidas para actuar con prevención, ya que el suicidio figura entre las 20 causas de defunción más importantes a todas las edades a nivel mundial, en especial el segmento de personas entre 15-29 años, llegando en promedio a tres mil personas cada dí­a que toman esta fatí­dica decisión alrededor del mundo,  superando más de un millón de personas en un año. Y según las estimaciones de la OMS para el año 2020 previo a la pandemia del covid-19 las ví­ctimas podrían sobrepasar 1.5 millones anuales en promedio.

De hecho, se producen en la actualidad más muertes por suicidio que por la suma de homicidios y guerras de todas las regiones del mundo. Por cada suicidio registrado las cifras de tentativa aumentan a nivel mundial. Contrario a lo que podemos pensar los países con ingresos medios y altos tienen las tasas más altas de suicidios por cada 100,000 habitantes.

El covid-19 está afectando desde hace varios meses la salud mental de la población en especial los que se encuentran en el combate directo a la enfermedad en particular todo el equipo multi e interdisciplinario de la salud, pero también personal policial, del ejército, cementerios, morgues, personal médico forense, voluntarios de cuerpos humanitarios, trabajo social, psicólogos y psiquiatras entre otros que estarán expuesto a estrés post traumático y síndrome del quemado.

Ya existen incrementos considerables de consultas por depresión, ansiedad, miedo, problemas de sueño, pánico, soledad, si a estos factores sumamos la violencia e inseguridad, violencia intrafamiliar, abuso sexual, consumo excesivo de alcohol y drogas, así como sensación de pérdida y desesperanza, pueden incrementar el riesgo de suicidio.

Los pensamientos suicidas son usualmente el resultado de sentir que no puedo hacerle frente a situaciones que son abrumadoras en nuestra vida. Durante el confinamiento domiciliario y la etapa de reapertura gradual hemos enfrentado distanciamiento de familiares y amigos, miedo a contagiarse de covid-19 o sus familiares, no poder cuidar a familiares infectados, duelo por pérdida de familiar por covid-19 y no poder asistir a la velación y entierro desconociendo incluso dónde está la tumba, pérdida  o disminución de empleo, problemas financieros como posibles embargos de vivienda, vehículo o salario, quiebra de su micro o pequeña empresa, aislamiento social, regresar a la oficina de trabajo y que genera ansiedad de posible contagio por la exposición con clientes.

Las circunstancias actuales causadas por el covid-19 que incluyen poca o limitada interacción social son limitantes reales, pero podemos salir de nuestra zona cómoda y proponernos llamar por teléfono, mensajes de texto por redes sociales, correos electrónicos, de manera frecuente a nuestra familia, amigos, vecinos e interactuar para decirle a esa persona que estamos para servirle y apoyarle, que lo está acompañando. Por lo anterior como familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y sociedad en general debemos estar atentos a señales y signos de advertencia que nos pueden alertar sobre mi condición particular o de otros para buscar ayuda, asistencia, redes de apoyo, tratamiento profesional para evitar el suicidio. La prevención del suicidio es una responsabilidad de todos, no requiere ser un profesional de la salud para mostrar amor y empatía por la persona que puede encontrarse en riesgo.

Podemos recibir atención, acompañamiento y ayuda profesional telefónica gratuita las 24 horas todos los días en la línea de atención call center del Ministerio de Salud 131.

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